La gota es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente a las articulaciones.
Se trata de una forma de artritis que se produce cuando los niveles de ácido úrico en la sangre son demasiado altos, lo que lleva a la formación de cristales de urato en las articulaciones y tejidos circundantes. La hiperuricemia, la causa principal de la gota, puede ser hereditaria o estar relacionada con factores dietéticos y de estilo de vida.
Factores de riesgo para el desarrollo de la gota e hiperuricemia
Los principales factores de riesgo asociados con la gota y la hiperuricemia incluyen:
- Antecedentes familiares.
- Consumo excesivo de alcohol, especialmente cerveza.
- Dieta rica en purinas (carnes rojas, mariscos y vísceras).
- Sobrepeso y obesidad.
- Uso de ciertos medicamentos, como diuréticos.
Síntomas
- Dolor intenso y repentino en una articulación, generalmente el dedo gordo del pie.
- Hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en la articulación afectada.
- Rigidez y limitación del movimiento.
Diagnóstico
El diagnóstico de la gota se basa en la evaluación clínica de los síntomas, análisis de sangre para medir los niveles de ácido úrico y, en algunos casos, análisis de líquido sinovial para detectar cristales de urato.
Tratamiento fisioterapéutico
La fisioterapia puede ser útil en el tratamiento y prevención de la gota mediante:
- Electroterapia antinflamatoria, en CESMAR utilizamos tratamientos muy efectivos en fase aguda y si manifiestan secuelas de artritis gotosa.
- Movilización y estiramientos: Estas técnicas ayudan a mejorar la movilidad y reducir el dolor en las articulaciones afectadas por la gota.
- Rehabilitación y educación: La fisioterapia también incluye ejercicios de rehabilitación y educación sobre cómo prevenir futuros ataques mediante cambios en el estilo de vida y la dieta.