La osteoporosis, conocida como la “enfermedad silenciosa”, afecta a millones de personas y se caracteriza por la pérdida progresiva de densidad ósea. Sin embargo, uno de los primeros signos en la manifestación de esta condición es el dolor de espalda, que a menudo pasa desapercibido. Este tipo de dolor, junto con contracturas musculares, puede estar relacionado con el debilitamiento de los huesos y es un indicio importante de que algo no va bien. El dolor de espalda asociado a la osteoporosis suele ser sordo y persistente.
¿Por qué aparece el dolor de espalda en la osteoporosis?
La pérdida de masa ósea debilita las vértebras, lo que puede llevar a microfracturas o incluso a colapsos vertebrales. Estos problemas generan un dolor constante, generalmente sordo, que afecta la parte baja o media de la espalda. Además, los músculos intentan compensar la falta de estabilidad en la columna, provocando contracturas que intensifican la molestia.
Este ciclo de dolor puede ser progresivo, afectando la postura y ocasionando curvaturas anómalas como la cifosis (joroba). Si no se trata a tiempo, las fracturas vertebrales pueden limitar severamente la movilidad y generar complicaciones graves.
Cómo tratar y aliviar el dolor de espalda
Fisioterapia
La fisioterapia y la terapia con agentes físicos tales como la electroterapia, radiofrecuencia UHF y magnetoterapia ayudan a reducir el dolor, mejorar la postura, retención de calcio, fortalecer los músculos que sostienen la columna y ejercicios de bajo impacto.
Técnicas de relajación muscular
Técnicas miofasciales aplicadas por un profesional y estiramientos específicos alivian las contracturas y mejoran la movilidad.
Prevención y cuidado diario
Mantener una alimentación rica en calcio, evitar caídas y realizar actividad física regular son claves para prevenir fracturas. Para evitar el ciclo de dolor y posibles complicaciones osteoarticulares, hacer revisiones y mantenimiento con el fisioterapeuta.
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