Aplastamiento vertebral: tratamiento para aliviar el dolor

La columna vertebral conste de 24 vertebras y el sacro. Los huesos de la espalda soportan la mayor parte del peso del cuerpo y por lo tanto están bajo mucha presión. La función principal de la columna vertebral humana es mantener la postura erguida, permitir los movimientos de flexión del tronco y proteger la médula espinal. Entendemos por aplastamiento vertebral aquella pérdida de altura de la parte anterior del cuerpo vertebral o de su porción central en al menos un 20% con respecto a la altura de la porción posterior o con respecto a vértebras adyacentes.

Hay tres factores lesionales diferenciados: enfermedad o cambios óseos degenerativos como la osteoporosis, o la artrosis, un traumatismo como una caída o un accidente y un esfuerzo brusco o elevado.

La fractura o aplastamiento vertebral puede reconocerse en el momento que se produce como un dolor agudo de alta intensidad a nivel dorsolumbar (las zonas más a menudo afectadas son las dorsales bajas y las primeras lumbares) seguido de  un dolor sordo persistente de media/baja intensidad, acompañado de una disminución de la talla y una curvatura anterior de la columna. Hay casos donde las fracturas pueden ser asintomáticas y el hallazgo es casual, normalmente en una radiografía solicitada por otro motivo.

 

Tratamiento para aliviar el dolor del aplastamiento vertebral

 

El tratamiento básico es la inmovilización mediante el uso de corsé en sus 2 primeros meses; aunque el dolor persiste aproximadamente entre 5-6 meses desde la fractura. En el abordaje terapéutico hemos de diferenciar los objetivos a corto y medio-largo plazo.

A corto plazo, el alivio del dolor, y la reanudación de las actividades de la vida diaria son los objetivos principales. El tratamiento local que realizamos en Cesmar es para revascularizar la zona, activando la consolidación y reduciendo el dolor. A medio-largo plazo, los objetivos son la prevención de nuevas fracturas, la rehabilitación física y la recuperación funcional.

Es importante educar al paciente para las actividades de la vida diaria, adecuando las demandas estáticas y dinámicas a la resistencia intrínseca de la columna, intentando evitar los movimientos y actividades que suponen fuerzas compresivas sobre la columna vertebral.